La
infección invasiva por Cándida, concretamente la candidemia (hemocultivos
positivos por Candida spp),
representa un dolor de cabeza para el infectólogo y el clínico en general.
Candida representa el 6% de todas las infecciones adquiridas
en el hospital [1], sin embargo acarrea una tasa
excesiva de mortalidad (40%) [2,
3]. La terapia antifúngica
TEMPRANA (i.e. iniciada en las primeras 24 horas de sospecha clínica de candidemia) representa el único factor de buen pronóstico [4]. Entonces, si la terapia antifúngica
efectiva es administrada el primer día de la toma de hemocultivos, la mortalidad
desciende a 24% (Vs. 37-41%, con terapia tardía).
Muchos
han advocado el inicio de terapia antifúngica empírica, (antes de documentar
cultivos positivos para Candida) en
el paciente con alto riesgo de desarrollar candidemia invasiva. Esto último aunque
pretende mejorar desenlaces clínicos, conlleva inevitablemente al uso excesivo
de antifúngicos, aumento de los costos y, selección de resistencia antifúngica.
Los
factores de riesgo para candidiasis invasiva son diversos y comprenden entre
otros: presencia de choque séptico, cirugía abdominal, uso de terapia dialítica,
uso de nutrición parenteral, neutropenia prolongada, mucositis severa
post-quimioterapia, uso prolongado de antibióticos de amplio espectro,
colonización de múltiple sitios (oral, faríngea, piel, orina, tracto
digestivo); inmunosupresión y estado post-trasplante (hematológico y órgano sólido).
Como se puede concluir, la población en
riesgo para candidemia invasiva es bastante diversa.
Existen
limitaciones diagnosticas con los métodos de detección actuales. Los
hemocultivos automatizados (llamados el “gold estándar” del diagnóstico), toman
2-5 días para arrojar resultados finales, lo cual conlleva a un retraso
significativo de la terapia antifúngica dirigida — recuerde que cada día de retraso de
la terapia antifúngica cuenta. Además, históricamente los hemocultivos tiene
una sensibilidad cuestionable que se acerca a 50%. Esto último fue revelado por
estudios de los años 70's cuando el comparador era la autopsia de pacientes
neutropénicos febriles. No obstante, esta sensibilidad requiere ser evaluada a
la luz de los métodos modernos de hemocultivos.
De
acuerdo al panorama anterior, una prueba diagnóstica rápida, sensible y si es
posible específica, es requerida con urgencia para ser adoptada en la practica
clínica. Un estudio reciente, evaluó la
aplicación clínica de T2 Candida —una prueba diagnóstica rápida que se basa en
principios de nanotecnología y resonancia magnética—para la detección y
amplificación de ADN de las 5 especies más comunes de Candida spp. El instrumento diagnóstico, T2Dx, automáticamente completa todos los pasos de la prueba, la
cual se realiza en sangre total. Primero, destruye los glóbulos rojos de
la muestra, luego concentra las células patogénicas y detritos celulares, lisa las
células de Candida a través de una proceso mecánico y amplifica el ADN de Candida usando una polimerasa
termostática con primers para Candida
albicans, C. tropicalis, C. krusei, C. parasilopsis y C. glabrata.