martes, 28 de abril de 2015

Zapatos viejos

Abril, como todos los meses, es el mes de todo, y cada día trae su propia conmemoración regional, nacional, mundial... Ya no existe un jueves sencillo, o un lunes en el que no tengamos ya comprometido algún recuerdo. Pero en medio de esa maraña de fechas especiales, el 23 de abril para las lenguas inglesa y española es especial porque conmemoran la muerte de dos de sus autores fundacionales: Miguel de Cervantes Saavedra, padre de la novela moderna, y William Shakespeare, creador de varios personajes ya inmortales y arquetípicos. Si bien se dice que ambos murieron en la misma fecha, aunque no en el mismo día, y otros afirman que Shakespeare no murió el 23 sino el 22 de abril, este día se recuerda con intensidad y permite traer a colación temas más benéficos como lo es la literatura y el idioma en general.

A mí en particular me trajó a la memoria a varios poetas, y por hoy solo quiero recordar un sólo poema, es más, un solo terceto, del tuerto López:

Mas hoy, plena de rancio desaliño,
bien puedes inspirar ese cariño
que uno le tiene a sus zapatos viejos...

(Aquí está el poema completo)

Y me acordé de los zapatos viejos porque al revisar nuestro armamentario farmacológico en infectología me sentí (y espero me perdonen el estereotipo) como la mujer que mira sus zapatos (varios pares, estantes, muchos...) y solemne exclama: ¡no tengo que ponerme! Y terminan mirando en un rincón esos zapatos viejos, pero cómodos, que terminan por salvar la salida (bueno, en realidad no sé si el estereotipo funciona así).

martes, 21 de abril de 2015

Especialistas en infectología: un rol de alto valor.

 No hay mejor momento que el actual para convertirse en especialista en enfermedades infecciosas (EEI). Más allá de ser el “especialista de los antibióticos” existen muchos escenarios clínicos, muy diversos, en donde el EEI puede innovar y crear una práctica clínica muy productiva.


Aquí comparto con ustedes, algunos puntos reflexivos del encuentro de fellows de la IDSA (Infectious Diseases Society of America) de este 2015:



Infectología: No solo el especialista de antibióticos. 

Aparte de una gran demanda y crecimiento sostenido durante las últimas décadas, — gracias entre otras cosas, a la pandemia del VIH y la emergencia de microorganismos multirresistentes — existe evidencia del impacto de la intervención del EEI sobre desenlaces clínicos tan críticos como mortalidad, duración de estancia hospitalaria y costos asociados al cuidado de la salud.Lo anterior se ha quedado demostrado en variedad de escenarios tales como bacteriemia por Staphylococcus aureus, candidemia diseminada e infecciones en hospederos inmunocomprometidos como trasplante o tumores hematológicos. Así como es impensable e irresponsable iniciar o siquiera proponer un tratamiento específico contra el cáncer en la ausencia del Oncólogo, o una cirugía cardiaca sin la presencia del cirujano cardio-torácico, el tratamiento estas infecciones complejas debería OBLIGATORIAMENTE involucrar un infectólogo.

martes, 14 de abril de 2015

La plaga olvidada

Podemos decir que estamos rodeados de plagas olvidadas, ahora llamadas "enfermedades desatendidas" (cuando los desatendidos son los enfermos) derivado del término inglés "neglected diseases". Así que titular esta entrada con este nombre abre la puerta a especulaciones sobre cuál de tantas plagas será la debatida. Sin embargo, esta plaga aparentemente extinta resurge con fuerza (¿será en ese caso una enfermedad reemergente?) y afecta cada vez más a los más pequeños.

Pero hoy no vamos a hablar de una enfermedad tropical, enfermedades que sufren los pobres de tierra caliente, según definición de alguien cuyo nombre nunca aprendí (pudo ser el profesor Patiño Camargo) sino de una enfermedad de transmisión sexual que ha regresado con fuerza: la sífilis, una enfermedad tan vieja como viejo es el nuevo mundo. Una enfermedad que en mis años de estudiante era poco mencionada en los diferenciales, excepto por infectólogos, dermatólogos y reumatólogos, a una enfermedad que tenemos cada vez más presente, y con cambios importantes en su abordaje.

En un mundo fascinado por la fama y la actuación, por hacerse pasar por otros o representarlos, las grandes simuladoras no dejan de ser protagonistas: la tuberculosis y la sífilis. Esta última con una carga vergonzante poderosa que llevó a múltiples denominaciones: la enfermedad francesa, la sarna española, el mal napolitano, entre muchos otros nombres. La capacidad de afectar múltiples sistemas a lo largo de sus estadios hace que no presente siempre una manifestación clínica típica (aunque sí deja una firma patológica que podemos denominar patognomónica, en el sentido contemporáneo del término: la endarteritis obliterante), sobre todo en su etapa terciaria, y con el sexo como tabú olvidamos preguntar los antecedentes de los pacientes buscando factores de riesgo para el contagio, el cual termina identificándose en las serologías que pedimos a mujeres gestantes, y en los exámenes de ingreso ocupacionales (¿para qué lo piden todavía?, por cierto), o más lamentablemente, en los casos de sífilis neonatal que prendían la alarma.

martes, 7 de abril de 2015

Gracias: The Netherlands por el CAP-START


 Guías nacionales NAC 2013 - Revista Infectio
Muchos de ustedes han estado al frente de la siguiente situación. Su paciente lleva 3 días hospitalizado por Neumonía Adquirida en la Comunidad (NAC), ha recibido β-lactámico (llámese Ampicilina-sulbactam o ceftriaxona u otro) + macrólido (generalmente azitromicina o claritromicina) y a pesar de lo “intenso” que ha sido su búsqueda por el agente etiológico, (digo intenso si ha solicitado: cultivo de esputo inducido, hemocultivos y Antígeno Urinario para neumococo y Legionella) al final, Ud. no ha obtenido el microorganismo causante de NAC.

Sin embargo, todo está listo para enviar su paciente a casa, pero se pregunta lo siguiente: ¿debo continuar un régimen de β-lactámico + macrólido? ¿O puedo simplificar el tratamiento con una fluoroquinolona (FQ) respiratoria (levofloxacina o moxifloxacina)? Pero, ¿alguna vez ha considerado en dar salida al paciente solo con el β-lactámico? ¿Ha caído en “pánico” cuando se plantea NO usar cubrimiento para los llamados microorganismos atípicos (hoy llamados gérmenes intracelulares? (Mycoplasma pneumoniæ, Chlamydophila pneumoniæ, Legionella = organismos que sabemos que existen pero no podemos ver).