jueves, 27 de agosto de 2015

En co-infección VIH-Hepatitis C, por fin se ve la luz al final del túnel.

La co-infección VIH-Hepatitis C, es una situación relativamente frecuente (2 a 20% dependiendo del país) y constituye un gran reto para el médico tratante tanto por la complejidad de su evolución como por las dificultades en su tratamiento.   En este grupo de pacientes la progresión a enfermedad crónica, cirrosis, falla hepática  y hepatocarcinoma se presenta de una manera más rápida, independientemente del control que se tenga desde el punto de vista inmunológico y virológico del VIH.(1)

La prevalencia de la co-infección en nuestro país es desconocida. Un estudio realizado en un centro de referencia de patologías hepáticas en Medellín  documentó una prevalencia del  7.39%. El genotipo identificado con mayor frecuencia en el país es el 1, el cual tiene una menor respuesta a los tratamientos con interferón (2).
El  tratamiento para la hepatitis C ha evolucionado en los últimos años con  la introducción de los inhibidores de proteasa, los cuales han aumentado las tasas de éxito terapéutico y reducido el tiempo de los tratamientos. Desafortunadamente estos tratamientos requieren de la administración conjunta de interferón y ribavirina, los cuales presentan efectos adversos importantes como hipotiroidismo, anemia hemolítica, citopenias, mialgias entre otros. El uso de terapia con inhibidores de proteasa (boceprevir y telaprevir) en pacientes con infección por VIH no fue aprobado por la FDA por pocos datos sobre la seguridad y eficacia en esta población (1,2).

martes, 18 de agosto de 2015

Neutropenia febril en la era de bacterias multirresistentes

Después de una semana intensa, a causa del exitoso Congreso colombiano de enfermedades infecciosas, realizado en Bogotá, Blog infecto vuelve al aire. El congreso abordó muchos y variados temas, pero como ya es habitual los temas de infección por VIH, VHC, y el fenómeno creciente, ya no de la resistencia sino de la multirresistencia, a los antimicrobianos, fueron los elementos centrales del congreso. Aquí ya hablamos una vez del reto que implica la resistencia que va en aumento y de algunas recomendaciones de la OMS (ver esta entrada) y de como tratar algunas de ellas (ver esta entrada). El uso adecuado de los antibióticos, usándolos de manera juiciosa, prefiriendo los espectros estrechos, las duraciones seguras, cortas y efectivas, siguen siendo una de las principales recomendaciones; sin embargo, esas recomendaciones son extraordinariamente difíciles de seguir en el escenario de la neutropenia febril.

Las guías más recordadas y leídas por todos son las de la IDSA (en especial la actualización de 2002, con una actualización posterior en 2010), y en 2013 finalizó el proceso de revisión y publicación de las guías del Instituto Nacional de Cancerología (aquí el resumen de las recomendaciones, aquí la versión para profesionales de la salud, y aquí la version completa), las cuales procuran aterrizar varias de las recomendaciones a nuestro entorno local y de resistencia (por ejemplo, recomendamos no usar levofloxacina como profilaxis antimicrobiana en neutropenia febril de alto riesgo). Sin embargo, ambas guías terminaron su proceso hace más de 4 años y es claro que existe nueva información que es indispensable tener en cuenta.

jueves, 6 de agosto de 2015

Osteomielitis Vertebral: Nuevas guías clínicas, pero aun sabemos . Cuando es suficiente?


Pocas cosas en medicina clínica tienen evidencia IA —la cual proviene de ensayos clínicos aleatorizados — especialmente en el campo de las enfermedades infecciosas. Entre otras,  la duración del tratamiento antibiótico para osteomielitis vertebral de origen bacteriano, es enteramente basada en opinión de expertos.

Es incierto, sí 6-semanas de duración de antibióticos son suficientes comparado con 12 semanas. Además, en caso de necesidad de instrumentación con material protésico —para proporcionar estabilidad vertebral— es recomendado extender la terapia antibiótica por hasta 12 semanas; de nuevo, sin un argumento fuerte basado en evidencia clínica.

Para coincidir con el lanzamiento de las guías clínicas de Osteomielitis vertebral, anunciadas por la IDSA (Infectious Disease Society of America) esta semana,  vamos a revisar dos artículos pertinentes a esta discusión.