Eso dicen en mi casa: el saludo no se le niega a nadie. Y por eso, para iniciar este blog, nada mejor que hablar del saludo, porque este implica un contacto con las demás personas, contacto que desde la infectología puede conllevar el riesgo de transmitir enfermedades, o incluso, de pasar por descorteses.
Todos conocemos por lo menos a un médico que no saluda dando la mano (generalmente un infectólogo), o a otros que saludamos, pero de manera casi que inmediata hacemos higiene de manos con alcohol glicerinado. Y ese es el meollo del asunto: que la prevención de infecciones implica como parte de las precauciones estándar universales una buena higiene de manos.